Algo más fuerte que la voluntad de los hombres mueve los hilos.
Los
vecinos de la familia Nasar, y en realidad todo el pueblo, saben que
Santiago va a ser asesinado por los gemelos Vicario e intentan avisarle,
hacerle saber del peligro que corría, pero ninguna de las estafetas
llega a su destino.
Deslizan por debajo de la puerta una nota que
nadie ve. Se envían razones con pordioseros que llegan tarde, y muchos,
al ver que es una muerte tan anunciada, no hacen nada simplemente porque
no les parece posible que el propio Nasar o su madre no lo sepan ya y
no hayan previsto algo para evitarlo. La madre del narrador es una de
las que sí cree que debe hacer algo, y entonces se viste para salir a
alertar a la mamá de Santiago Nasar; pero antes tiene esta
extraordinaria conversación con su marido, quien le pregunta adonde va:
-
A prevenir a mi comadre Plácida -contestó ella-. No es justo que todo
el mundo sepa que le van a matar al hijo, y que ella sea la única que no
lo sabe.
- Tenemos tantos vínculos con ella como con los Vicario -dijo mi padre.
- Hay que estar siempre del lado del muerto -dijo ella.
(diálogo de "Crónica de una muerte anunciada" de Gabriel García Márquez)
que kool
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