miércoles, 1 de octubre de 2014

Hay que estar siempre del lado del muerto

Algo más fuerte que la voluntad de los hombres mueve los hilos.

Los vecinos de la familia Nasar, y en realidad todo el pueblo, saben que Santiago va a ser asesinado por los gemelos Vicario e intentan avisarle, hacerle saber del peligro que corría, pero ninguna de las estafetas llega a su destino.
Deslizan por debajo de la puerta una nota que nadie ve. Se envían razones con pordioseros que llegan tarde, y muchos, al ver que es una muerte tan anunciada, no hacen nada simplemente porque no les parece posible que el propio Nasar o su madre no lo sepan ya y no hayan previsto algo para evitarlo. La madre del narrador es una de las que sí cree que debe hacer algo, y entonces se viste para salir a alertar a la mamá de Santiago Nasar; pero antes tiene esta extraordinaria conversación con su marido, quien le pregunta adonde va:

- A prevenir a mi comadre Plácida -contestó ella-. No es justo que todo el mundo sepa que le van a matar al hijo, y que ella sea la única que no lo sabe.

- Tenemos tantos vínculos con ella como con los Vicario -dijo mi padre.

- Hay que estar siempre del lado del muerto -dijo ella.

(diálogo de "Crónica de una muerte anunciada" de Gabriel García Márquez)

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