viernes, 5 de enero de 2018

Tienda Boca Juniors


Estaba caminando por Florida con un postick en el que tenía anotada la dirección. Pispeaba los cartelitos con la altura de vez en cuando y corroboraba: "FLORIDA 589 - TIENDA BOCA JUNIORS". Joya voy bien, cada tanto me aprobaba.
Pateaba por la vereda impar, la que da al río, con lo cual iba en el sentido correcto. Los caminantes, cumplíamos las mismas reglas que se dan en el parque automotor, nos deslizábamos de nuestro lado derecho inconcientemente y respetando la velocidad máxima y mucho muy importante, la velocidad mínima, que pareciera mucha gente no saberla. Así íbamos, todos derechitos midiéndole el tiempo al de enfrente. En un momento me hago espacio mirando para atrás, y estaciono en un puestito de flores y le pregunto al florero, hay una tienda de boca por acá, ¿sabés por dónde es? El me contesta que camine una cuadrita más, que era justo antes de la esquina. Caminando más aireado, la encontré, era justo antes de la esquina realmente. Miré un poco la vidriera desde afuera, con la esperanza de encontrar algo que me guste y hacer lo más rápido posible pero terminé entrando. Hola, estoy buscando una remera tipo de entrenamiento, para una persona más grande que yo. Debe ser XL entonces, me contesta. Todas las que están de acá a acá, son XL, cualquier cosita me decís. Dale, le digo. Remeras amarillas, azules, blancas, ninguna me gustaba como para comprarle a mi hermano. Era su cumpleaños y quería llevarle algo que no tuviese de Boca. Toda una historia, porque tenía hasta las cortinas del cuarto de Boca. Separé una, dos, tres, hasta que di con una que era muy Fer, mi hermano. Ésta, le digo contento por mi hallazgo. Te gusta esa, genial te la separo. En eso, lo frena una mujer, castaña y de piel trigueña ¿no hay más de esas? le pregunta. El vendedor le dice que hay pero de otros talles, no XL justamente. Le hace un gesto de lástima y se dirige a mi, ¿querés ver alguna otra cosita?, le digo que si, que voy a ver "alguna otra cosita". Recuerdo que repetí la palabra "cosita" marcándosela como lo había dicho él, después se dio vuelta y se llevó mi remera al mostrador. Urguetié un poco más entre la ropa y sentí que alguien me llamaba al hombro. Disculpa, ¿te puedo pedir un favor? me dice la morochaza de antes y le digo, si, decime. Quería pedirte si me haces un favor. Si, dale, ¿qué necesitás? Yo insistía en que vaya directo al grano, se ve que no me había escuchado. Era para ver si me hacías la gauchada de probarte ésta remera. Alzó la remera de bosta en lo alto. Le hice cara de asco, demostrándole mi apatía por los xeneizes. ¿No sos de Boca no? se ríe, tiene un comedor hermoso. Suspiro, es lo que me pasa cuando estoy frente a algo sublime. No, no soy de Boca, soy del más grande. Por eso de boquita. No, soy de niuls querida, le digo todo galante. Se empieza a cagar de risa. Yo no dejaba de verle la sonrisa. Bueno, comegatos, me dice, ¿te probarías la remera por mi si o no? Ya estaba tornándose seductora la situación, o eso me estaba pasando a mi. Le agarro la remera y le digo, lo de comegatos te va a salir caro bostera abandónica. El vendedor que me sigue de atrás (pregunten por Alan si van, nunca se sabe cuando se necesita un cómplice) mete fichas, esto mínimo vale un café pobre pibe. La flaca le contesta cortando todo el clima de un saque, gracias, no me gusta el café, paso. Hubo un silencio de unos segundos en donde me pinche. En eso arremete un gancho, que me agarra con la guardia baja y ¡tira!: "es que prefiero la birra." BUUUUM! Nocaut! ¡UNO- DOS- TRES- CUATRO!...me imaginé en el Luna Park, a estadio lleno, avasallado por la Tigresa anónima ésta sin poderme levantar en el ring. Las luces me alumbraban la cara y no me dejaba ver bien. El público gritaba en un sonido ensordecedor. Alan es el juez y cuenta, ¡CINCO, SEIS, SIETE! . Yo lo miro rendido sonriendo con los dientes empastados en sangre. Lo miro con cara de... ya fue maestro, cortalo acá, pero sigue contando. ¡OCHO, NUEVE! Salgo del probador, el juez tiene una risa macabra, le dirige la palabra a la Tigresa: mira que modelo que te pegaste eh. ¡DIEZ!. Y mi cabeza cae contra el almohadillado.
Chau, estaba totalmente derrotado, en la cresta de la ola, pisteando como un campeón como decía el de Crónica. No lo podía creer. La mina me mira y me dice si me puedo dar vuelta que quiere verme de atrás. Me doy vuelta y pienso, no vas a encontrar nada atrás linda. En eso, clava cara de orto y dice, la llevo, le va a quedar bien a mí novio.
Se prenden las luces en el Luna, estaba yo solo sentado en el banquito contra un rincón en el ring, de abajo me miraban ella y su novio (que lo hacía tipo Brad Pitt) y se reían de mi. El fumaba un habano Cohiba y ella tenía un trago en la mano, creo que un Martini. Estaban vestidos de gala, re trajeados. En eso le digo a Brad, subí pancho. Se le desdibuja la risa. Le pasa el habano a la Tigresa y se saca el saco(y yo me pongo el pongo, cuack). Vamos a pelear por ella, me dice mientras pega saltitos. Pero si vos no estás acá, yo no te conozco, le digo, chau. Ahí empieza a desaparecer, como la foto en Volver al Futuro. Mientras se borra aprovecho y le tiro, eres un gallina Mc Fly. La Tigresa desde abajo me mira y se rie. Ya sabe que me gusta verla reir y saca tajada de mi talón de Aquiles. Bajá vayamos a dar una vuelta, me dice.
Termino de salir del probador con la remera que traía puesta desde antes, ella ya está pagando. El vendedor está apagado, se había ilusionado conmigo. Habíamos hecho un buen grupo. ¿Le querés estampar un numero? El nueve le digo, le gusta Palermo a mi hermano. Genial, en 10 minutos sale, toma asiento en la sala de espera. Me siento, odio esperar y más que hayan lugares específicos destinados para eso. La Tigresa vuelve por mi, se sienta a mi lado, había toda una hilera más libre, pero decide sentarse justo al lado mio. Ahora no lo tomo como señal de nada, pero nos ponemos a charlar. Laburo, estudio, casa, amigos, vacaciones, los temas de siempre. Uno tendría que tener un volante para estas situaciones y así se agilizaría todo un poco. No me importaba todo lo que me estaba contando, salvo cuando se puso a hablar del novio. Hacia 6 meses no lo veía, porque tenía un nene de 3 años y vivía afuera con la madre y parece que se va a quedar a vivir allá y que no se qué y y, y muchos más y. Yo me había quedado en lo de los 6 meses, no escuche mucho más que eso. Disculpa, le digo, ¿y lo estás esperando hace tanto? No, no lo estoy esperando, tenemos una relación abierta.
Estoy en el ring ahora, abrazado a Brad Pitt, a Alan y a la Tigresa. Bajamos la cabeza al unísono para nuestro público. ¡La gente nos ama, nos aplaude, está enloquecida!

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