lunes, 28 de octubre de 2019

Un vestidito amarillo

¿Te acordás del recital del flaco
qué fuimos en La Trastienda?
Vos tenías un vestido amarillo
con florecitas rojas
como si fueran malvones
recién estallados en primavera,
y no recuerdo haberlo dicho,
pero si vi bien,
una de esas flores te calzaba
justo por debajo de tu hombro
y como escabulléndose,
como asomándose tímido
justo, justo
tu lunar
y toda esta imagen
combinaba con tus labios
rojísimos, curvos
como las mismas flores
y tu pelo suelto acompañaba
apenitas, por arriba de los hombros,
como una especie
de pequeña amelie porteña, eras
y así, así entraste en la oscuridad
y nos sentamos por el centro
para que lo escuches bien
ya que era tu primera vez de Spinetta en vivo.
¡Y cuando sonó,
cómo sonó!
Arrancó con “Adentro tuyo”
(gracias flaquito)
y te sorprendiste de tal manera
que abriste la boca
y giraste hacia mi
sonriéndome
como un niño cuando ve por primera vez el mar
y mientras marcabas el ritmo con tu pierna,
yo te seguía
con mis nervios
escuchando atento y feliz
sin pensar en nada más
y cuando cantó:
“eres el resplandor
en el límite
en que la orilla besa al mar”
yo pensé,
¡Y qué resplandor! ¡Qué resplandor!
De un amarillo eléctrico
en medio de la negrura
de la noche.

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